Skip to main content

Pablo Sierra Homenaje por un final heroíco

MEMORIA


Pablo Sierra
Homenaje por un final heroíco


 

Pablo Sierra me enriqueció con su amistad. Compartimos labores asistenciales en la etapa fundacional del Hospital Universitario Austral y de gestión institucional; en ambos casos dejó el recuerdo imborrable de persona ejemplar: virtuoso en el ejercicio profesional, prudente en la opinión, amigo fiel y alegre compañero.
En la antigua Grecia la “bella muerte” (kalos thánatos) era la muerte gloriosa (eukleés thánatos). Un héroe, al morir en circunstancias valerosas (Ej.: Aquiles) trascendía y perduraba, persistiendo la gloria del desaparecido guerrero.
El hombre se aferra naturalmente a la vida, tanto más cuanto más incrédulo es de la vida eterna. Cuando el proceso que precede al final está impregnado de sufrimiento físico, tanto el paciente cuanto sus seres queridos experimentan una tensión cuya percepción es intransferible.
Se necesitan fe y esperanza consolidadas para afrontar los momentos más críticos de la vida.
Pablo Sierra y su familia han sido para mí ejemplo de virtud cristiana.
“El cristiano no tiene nunca obligación de aceptar el dolor por el dolor; la aceptación del dolor físico no es más que una manera entre otras muchas de significar lo que constituye lo esencial: la voluntad de amar a Dios y de servirle en todo. En la perfección de esta disposición voluntaria consiste ante todo la calidad de la vida cristiana y su heroísmo.”(Pio XII)
Seguro que Pablo merecidamente goza de la vida eterna, lo tendré como intercesor ante Dios para las necesidades de mis pacientes y las mías personales.


Carlos María Autorino